jueves, 24 de enero de 2013

El vuelo de las mariquitas





Aprovechados y espabilados los ha habido siempre y España tiene una gran tradición en personajes a los que les gusta vivir de los demás, no dar un palo al agua y, encima, aparentar. Pero era gente que tenía su puntito divertido, su glamour, que desfilaban por las páginas del Hola! con una naturalidad y un savoir-faire envidiables, mientras el populacho sacaba las castañas del fuego del país.
El problema es que los sinvergüenzas se han extendido como una plaga, se han llenado los bolsillos con nuestro esfuerzo y, ahora, estamos abocados a pagar durante generaciones las consecuencias del despilfarro patrio.
Me recuerdan a los grupos de mariquitas que inundan el aire en las tardes de verano. Estos hermosos coleópteros de la familia Cucujoidea (que ni pintado, eso de la “joidea”), vuelan por doquier y nos resultan familiares, nos atraen sus bonitos colores, convivimos con ellos.
Las mariquitas españolas están, también, a nuestro alrededor, embobándonos con sus auras resplandecientes. La diferencia con los insectos es grande, ya que éstos son beneficiosos para todos: se alimentan de los pulgones y evitan sus nocivas plagas; las mariquitas zorronas, en cambio, se están nutriendo de nuestros anhelos y esperanzas como país.

La mariquita tesorera:
Bárcenas tiene al PP acojonado. El cínico, que tenía una carta blanca propia de la mano derecha de un emir, hasta la semana pasada entraba por la sede madrileña del partido como Pedro por su casa. Y eso que ya no tenía ningún cargo, ni siquiera era afiliado. Y el PP que no da explicaciones. O mejor dicho, se limita a decir estupideces como cualquier político que se precie, sabedores de que están en sus puestos por la gracia de dios. Nadie sabe nada, nadie ha recibido dinero en B y todos son unas bellísimas personas.
El Ministro de Hacienda, Montoro, pilló ayer un buen rebote en una rueda de prensa que la podía haber dado yo mismo, vista la nula información aportada. Se comportó ante la oposición con una estupidez que pone los pelos de punta. Un insulto repugnante a la democracia y a los ciudadanos. El esperpento de ministro remite a la página Web del Congreso, donde se pueden consultar sus bienes e ingresos.
Montorito desconoce que no somos unos incultos y que resulta obvio que si tiene dinero negro nunca aparecerá en su declaración de renta. Sería la primera vez. También desconoce si Bárcenas blanqueó diez millones de euros en esa amnistía que no lo es, donde la gentuza podía sacar a la luz su dinero lleno de inmundicia. Por no decir, directamente, mierda.
Sí, el Ministro de Hacienda no lo sabe. Yo, como ayer el Gran Wyoming, me pregunto si deberíamos de acudir al vidente Sandro Rey para averiguarlo.

La mariquita duquesa:
El de Palma está de capa caída. Este Ken de pantalones blancos y culo prieto ha perdido mucho: las carnes se le están cayendo, tiene más canas y se le ve siempre con los labios apretados, como sufridor silencioso de una continua diarrea.
Eso sí, no devuelve el dinero, todo es mentira, un complot contra él, su socio es el responsable… Él solo pasaba por allí.
La Barbie que tiene como esposa, tonta perdida ella y otrora ojito derecho de su padre, ese grandísimo monarca, se limita a capear el temporal embutida en su propia estupidez.
Otra que no sabía nada.
Si para sumar el PIB se incluyera como bien de la nación el desconocimiento supino, la crisis nunca nos hubiera golpeado.
El Urdangarín estaba tan contento en su papel de miembro de la casa real chupatintas y ladrón que incluso bromeaba en sus correos, como el que ha salido hoy en la prensa. El picha, en un requiebro estilístico sin parangón, se despedía de su socio desde Mallorca de la siguiente manera: Em… Palma… do. En serio.
La Cristina, al menos, estaría contenta.

La mariquita escritora:
Esta vez la fístula anal le ha salido al PSOE. Carlos Mulas, director de la Fundación Ideas, del partido socialista, ha sido fulminantemente destituido por inventarse una columnista que cobraba una barbaridad por escribir. Hoy dice la esposa de Mulas que ella era la tal Amy Martin.
Yo no sé qué es peor. Si el que alguien que nadie conocía llevara años escribiendo y cobrando en una Web o que la estupidez dirigente andara el sendero de su propia inopia.
Y todo esto dentro de la hecatombe que reina en el mercado literario nacional. Escritores que no podemos editar porque con las interesantísimas y muy necesarias memorias de Aznar y de Bono las ansias culturales de los españoles están más que colmadas.
(Por favor, como escritor en paro, ruego a los cabecillas socialistas me informen de a quién hay que chupársela para escribir en esa Fundación. Gracias).

No todo son malas noticias, sin embargo. A sor María se la ha llevado Belcebú. Como no podía ser de otra manera. Espero que esto no sea motivo para que la justicia siga su camino y las familias puedan saber qué paso con sus hijas e hijos robados. No me trago que la vieja arpía actuara sola. Necesariamente tenía que contar con la connivencia de las autoridades civiles y eclesiásticas.
PD: Horroroso y estremecedor. Según diversas fuentes de toda solvencia, el convento de las Hijas de la Caridad (sic), a la que pertenecía la ladrona de niños, le ha dado un entierro cristiano.

Espero que muy pronto las únicas mariquitas que pululen a nuestro alrededor sean los insectos coleópteros de la familia Cucujoidea que nos alegran el verano.
Venga, y a ver si somos capaces de transformar a muchos de los empalmados en empalados. 

1 comentario:

  1. Jajaja! Buenísimo Carlos, sin pelos en la lengua y provocando una sonrisa o alguna carcajada, como es mi caso ; )

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