Aprovechados y espabilados los ha habido siempre y España
tiene una gran tradición en personajes a los que les gusta vivir de los demás,
no dar un palo al agua y, encima, aparentar. Pero era gente que tenía su
puntito divertido, su glamour, que desfilaban por las páginas del Hola! con una
naturalidad y un savoir-faire
envidiables, mientras el populacho sacaba las castañas del fuego del país.
El problema es que los sinvergüenzas se han extendido como
una plaga, se han llenado los bolsillos con nuestro esfuerzo y, ahora, estamos
abocados a pagar durante generaciones las consecuencias del despilfarro patrio.
Me recuerdan a los grupos de mariquitas que inundan el aire
en las tardes de verano. Estos hermosos coleópteros de la familia Cucujoidea (que ni pintado, eso de la “joidea”), vuelan por doquier y nos
resultan familiares, nos atraen sus bonitos colores, convivimos con ellos.
Las mariquitas españolas están, también, a nuestro
alrededor, embobándonos con sus auras resplandecientes. La diferencia con los
insectos es grande, ya que éstos son beneficiosos para todos: se alimentan de
los pulgones y evitan sus nocivas plagas; las mariquitas zorronas, en cambio, se están nutriendo de nuestros anhelos y
esperanzas como país.
La mariquita tesorera:
Bárcenas tiene al PP acojonado. El cínico, que tenía una
carta blanca propia de la mano derecha de un emir, hasta la semana pasada
entraba por la sede madrileña del partido como Pedro por su casa. Y eso que ya
no tenía ningún cargo, ni siquiera era afiliado. Y el PP que no da
explicaciones. O mejor dicho, se limita a decir estupideces como cualquier
político que se precie, sabedores de que están en sus puestos por la gracia de
dios. Nadie sabe nada, nadie ha recibido dinero en B y todos son unas bellísimas
personas.
El Ministro de Hacienda, Montoro, pilló ayer un buen rebote
en una rueda de prensa que la podía haber dado yo mismo, vista la nula
información aportada. Se comportó ante la oposición con una estupidez que pone
los pelos de punta. Un insulto repugnante a la democracia y a los ciudadanos. El
esperpento de ministro remite a la página Web del Congreso, donde se pueden
consultar sus bienes e ingresos.
Montorito desconoce que no somos unos incultos y que resulta
obvio que si tiene dinero negro nunca aparecerá en su declaración de renta. Sería
la primera vez. También desconoce si Bárcenas blanqueó diez millones de euros
en esa amnistía que no lo es, donde la gentuza podía sacar a la luz su dinero
lleno de inmundicia. Por no decir, directamente, mierda.
Sí, el Ministro de Hacienda no lo sabe. Yo, como ayer el
Gran Wyoming, me pregunto si deberíamos de acudir al vidente Sandro Rey para
averiguarlo.
La mariquita duquesa:
El de Palma está de capa caída. Este Ken de pantalones
blancos y culo prieto ha perdido mucho: las carnes se le están cayendo, tiene
más canas y se le ve siempre con los labios apretados, como sufridor silencioso
de una continua diarrea.
Eso sí, no devuelve el dinero, todo es mentira, un complot
contra él, su socio es el responsable… Él solo pasaba por allí.
La Barbie que tiene como esposa, tonta perdida ella y otrora
ojito derecho de su padre, ese grandísimo monarca, se limita a capear el
temporal embutida en su propia estupidez.
Otra que no sabía nada.
Si para sumar el PIB se incluyera como bien de la nación el desconocimiento
supino, la crisis nunca nos hubiera golpeado.
El Urdangarín estaba tan contento en su papel de miembro de
la casa real chupatintas y ladrón que incluso bromeaba en sus correos, como el
que ha salido hoy en la prensa. El picha, en un requiebro estilístico sin
parangón, se despedía de su socio desde Mallorca de la siguiente manera: Em… Palma… do. En serio.
La Cristina, al menos, estaría contenta.
La mariquita escritora:
Esta vez la fístula anal le ha salido al PSOE. Carlos Mulas,
director de la Fundación Ideas, del partido socialista, ha sido fulminantemente
destituido por inventarse una columnista que cobraba una barbaridad por
escribir. Hoy dice la esposa de Mulas que ella era la tal Amy Martin.
Yo no sé qué es peor. Si el que alguien que nadie conocía llevara
años escribiendo y cobrando en una Web o que la estupidez dirigente andara el
sendero de su propia inopia.
Y todo esto dentro de la hecatombe que reina en el mercado
literario nacional. Escritores que no podemos editar porque con las
interesantísimas y muy necesarias memorias de Aznar y de Bono las ansias
culturales de los españoles están más que colmadas.
(Por favor, como escritor en paro, ruego a los cabecillas
socialistas me informen de a quién hay que chupársela para escribir en esa
Fundación. Gracias).
No todo son malas noticias, sin embargo. A sor María se la
ha llevado Belcebú. Como no podía ser de otra manera. Espero que esto no sea
motivo para que la justicia siga su camino y las familias puedan saber qué paso
con sus hijas e hijos robados. No me trago que la vieja arpía actuara sola.
Necesariamente tenía que contar con la connivencia de las autoridades civiles y
eclesiásticas.
PD: Horroroso y estremecedor. Según diversas fuentes de toda
solvencia, el convento de las Hijas de la
Caridad (sic), a la que pertenecía la ladrona de niños, le ha dado un
entierro cristiano.
Espero que muy pronto las únicas mariquitas que pululen a
nuestro alrededor sean los insectos coleópteros de la familia Cucujoidea que nos alegran el verano.
Venga, y a ver si somos capaces de transformar a muchos de
los empalmados en empalados.
Jajaja! Buenísimo Carlos, sin pelos en la lengua y provocando una sonrisa o alguna carcajada, como es mi caso ; )
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